.jpg)
Creo que nunca ha sido complicado hacerme
feliz.
Si me conoces bien, sabrás que soy patéticamente sencilla y previsible.
No necesito joyas ni aviones que escriban mi nombre en el cielo, aunque
si dedicatorias de canciones en la radio y flores. No pido milagros,
porque nunca he visto ninguno. Las sorpresas, cuando más pequeñas, más
bonitas me resultan. Y me vale todo, siempre que sea hecho con amor.
Todos los detalles son buenos... Abrazos, sonrisas, besos, notitas
escritas en una servilleta, una visita inesperada, un regalo personal,
una foto de tu infancia, un mensaje de madrugada, palabras simples pero
sinceras... Creo que nada demasiado costoso si se hace por iniciativa
propia y con sentimiento. Eso sínecesito que todo ello sea
incondicional. Solos o rodeados de gente, aquí o allí, ayer y hoy. Esa
es mi forma de querer, y, por tanto, es la única forma de sentirme
querida.
No hay comentarios:
Publicar un comentario